Las habilidades de la inteligencia musical se desarrollan cada una en diferentes niveles, y es imposible dominarlas todas a la perfección. Entre ellas destacan aprender más rápido con ritmos y melodías, percibir, retener y reproducir sonidos de todo tipo, cantar, silbar, entonar con la boca cerrada y llevar el ritmo.
Independiente a nuestra capacidad auditiva, la inteligencia musical está presente en todos nosotros desde los primeros meses de vida, por lo tanto, su desarrollo no depende de que tengamos una formación musical sistemática. Sin embargo, si te dedicas a cultivarla, llegará un momento donde necesitarás de práctica constante y teoría para pulir tus conocimientos. Podrás ejercer en una variedad de carreras como músico, director de orquesta, crítico musical, cantante, DJ y compositor.